viernes, 21 de septiembre de 2012

Ellos siete. Tan importantes como cada día de la semana.

Hoy me dedicaré a escribirles a ellos. A los que siempre han estado ahí. A los que me han hecho pasar momentos malos pero siempre que lo he conseguido me han hecho reír. A esas personas que en un pasado estuvieron en mi vida, en un presente están, y en un futuro estarán.
Sara. ¿Qué decir de esa niña que me hacía rabiar de pequeña, que era una cabra, con la que me he caído muchas y veces y siempre nos hemos ayudado a levantarnos y después hemos sonreído? Es realmente increíble. Esa chica que está a tu lado y sabe cuándo tiene que decir tonterías, cuando necesitas ayuda y cuando simplemente, hablas por no aburrirte. Esa chica con la que he compartido toda mi infancia. Con la que estoy pasando estos momentos de mi vida. Es mi mejor amiga, y la quiero mucho. Es esa que me ve la primera por las mañanas, y eso me encanta. Porque, que la primera persona que te vea por las mañanas sea ella y te abrace, no tiene precio. Que eres increíble, pequeña.
Dani. Pues Dani, es Dani. Es diferente. Un chico con el que he vivido momentos inolvidables, al que le tengo un aprecio super grande. Al que quiero en mi vida siempre. ¿Sabes por qué? ¿Recuerdas que te dije que te quiero y nunca lo dejaría de hacer? Pues ahí tienes. Me encanta abrazarle, vacilarle, saludarle, y sobre todo, saber que alguna vez ha sonreído por mí. Con el que tengo una confianza enorme. Al que ayudo por encima de cualquier cosa. Por el que arriesgaría todo. Porque, aunque solo haga un año y un mes más o menos desde que le conocí me ha demostrado cosas que en años no han conseguido demostrarme. Que me saca sonrisas a pares. Es mi mejor amigo, y aunque a veces me ponga caras raras y se burle de mí, le quiero.
Kassandra. Es esa chica diferente a su manera. La que ríe contigo, cae contigo y se levanta contigo. La conocí en el instituto. En aquella clase de 1ºC dónde conocí a gente super especial en mi vida. Ella es una se esas personas con las que no pensaba que fuera a hablar nunca, nunca. Y digo nunca porque pensaba que éramos muy diferentes. Pero, no, no es así. El año pasado me demostró muchas cosas. Y la verdad, es que, cuando estoy con ella no existen los problemas. Se ríe de todo lo que digo, me hace quedar como una idiota, pero me encanta estar con ella. Es algo parecido a mi mejor amiga. Me ha ayudado, mucho. Gracias a ella las cosas son como son. Y sé que a personas no les gusta que me lleve tan bien con ella, pero ¿sabéis? Me da igual lo que penséis. Es una chica que aporta felicidad... La verdad, no sé que más decir de ella porque es tan increíble que no se puede casi definirla.
María. Espero que no vea esto, porque como vea que a su nombre le he puesto tilde, me matará :P Tampoco pensaba que con ella me iba a llevar tan bien. La verdad es que somos super diferentes, pero aunque tengamos diferentes opiniones para casi todo, hemos conseguido llevarnos muy bien. Me alegra tener a alguien en mi vida que vea las cosas desde otro punto de vista y así poder compartir todo. Confiamos mucho la una en la otra, y eso es genial. También la conocí en primero. Ya es mi tercer año con ella. Aunque al principio no nos habláramos mucho, esas clases de lengua cuando se ponía a comer y nos venía el olor a palomitas o galletas nunca se olvidarán. Esa que se ríe cuando pronuncian mi nombre porque todos los profesores me llaman de una manera que no es. ¡¿Tan difícil es mi nombre?! Sé que es raro, pero no es difícil. De ahí que me mata si ve que pongo María con tilde. Siempre que lo pongo me llama Coramina. Otro de los nombres por los que me han llamado... Bueno, que gracias.
Ester. No me podía olvidar de ella. Ella es la de verdad, la de siempre. Mi mejor amiga desde pequeñita. He vivido momentos con ella realmente increíbles. He pasado más tiempo con ella que con nadie. Recuerdo cuando teníamos que vestirnos de globos en el colegio e íbamos por parejas. No sabíamos con quién nos iba a tocar y resultó, que nos tocó juntas. Íbamos las dos muy monas vestidas de globitos rojos con un lazo en la cabeza. Nunca se me olvidará esa imagen encima del escenario, a la derecha desde el punto de vista del público.
Las cosas han cambiado un poco, pero ella sigue siendo tan importante como era. Mi mejor amiga, como mi hermana. No sé que decirla, porque la verdad es que se lo he dicho tantas veces, que ya... Que te quiero, Ester. Que aquí guardarás a una amiga para toda la vida. Que intentará ayudarte siempre, lo sabes. Me encanta pasar contigo aunque solo sea un minuto. Epa, también recuerdo cuando nos empezamos a llamar lechugas :D Ai, mi lechu.
Fer. De él si que no sé que decir... Es una persona muy importante para mí, que le conozco de casi tres meses. Te quiero, enano.
Paula. Ha tardado en llegar su turno, pero ha llegado. ¡Ella sí que es increíble! La conozco de un año y casi tres meses. Al principio era una persona más pero poco a poco fuimos cogiendo una confianza enorme, hasta que se convirtió en mi hermana. Es la única persona que sabe todo de mí, y cuando digo todo, es hasta los secretos. Sé que con ella estarán seguros. Que es especial, muy diferente. La que me apoya en todo, me escucha, sabe agradecer los consejos y dártelos cuando los necesitas. Esa con la que paso horas y horas hablando. La que se ríe un montón conmigo... ¡Con la que tengo nuestro propio diccionario! Que somos FAFES y nos duele la TROPA. ¿Sabes, Paula? Tengo un MORATÓN EN LA MIERDA y me duele. Que junto a ella soy INPORTAL. Seguramente nos habremos inventado muchas cosas más, pero en este momento no se me ocurren. Es perfecta, diga lo que diga. Me tendrás a tu lado siempre, lo juro.

martes, 11 de septiembre de 2012

Recuerdos del ayer.


Cuántas veces no habré recordado aquel momento, aquellos momentos. Aquellos en los que nada importaba, no nos teníamos que preocupar por un mañana, todo eran sonrisas o lloros. Daba igual si estábamos en un lado u otro. Cuándo dependíamos de alguien, cuándo no teníamos nada a nuestro cargo. Cuándo jugar era nuestro único deber.
De pequeña me gustaban mucho los trenes. Me gustaba que los trenes se cruzaran. Es una tontería, pero era la niña más feliz por unos segundos.
Una noche, la noche de San Lorenzo exactamente, estábamos en El Escorial como todos los años cuando empieza a hacer buen tiempo. Cogimos unas butacas y las pusimos encima de unas piedras enormes desde donde puedes observar el cielo, árboles y como no podía faltar, las vías del tren. Esa noche es especial, según me contaron de pequeñita fue la noche en la que quemaron a San Lorenzo en una parrilla si mal no recuerdo… Entonces, hay muchas estrellas fugaces que representan las lágrimas por el dolor de San Lorenzo. Como desde ahí se podía observar el cielo perfectamente vimos pasar más de una. Mis tíos me dijeron que pidiera un deseo. Ese deseo fue que se cruzaran dos trenes. ¡Se cumplió! Al minuto se cruzaron dos trenes. ¿Casualidad? Todo puede ser. Al ver que se cruzaron me puse muy contenta y grité algo que ya no recuerdo. Mis tíos me preguntaron que si había pedido que se cruzaran dos trenes. Contesté que sí y entre risas y risas se nos pasó una parte de la noche. De repente mi tío me dijo: ‘’ ¿Por qué no has pedido que nos tocara la lotería?’’. En aquellos momentos era pequeña y pensaba que eso solo era un deseo que tenían todas las personas mayores, sin saber el porqué.