¿Recuerdas aquel 25 cuándo nos conocimos y te escribí en este mismo blog? Aquí estoy de nuevo, para escribirte. Para decirte una vez más todo. Para que sepas que estás cada minuto en mi mente. Para que te des cuenta de que eres una persona super importante para mí.
Decirte que todo lo que te escribí aquel 25 de junio era verdad, que no me arrepiento de nada de lo dicho en aquel momento. También te escribo para decirte que no solo tu has tenido errores en esta relación; yo también los he tenido, lo reconozco. No soy perfecta, aunque me lo repitas cada día. He tenido mis fallos, fallos de los cuales me he ido arrepintiendo con el tiempo. Fallos que quedaron en el pasado porque no volverán.
Odio, repito ODIO, discutir contigo, lo sabes. Sabes que te quiero, que intento demostrártelo cada día.
La verdad, no buscaba a nadie como tú porque pensaba que nunca llegaría, deseaba más de lo que merecía. Pero apareciste. Apareciste, te fuiste, volviste y estás hasta día de hoy. Bueno, hasta día de hoy, y hasta siempre, ¿no?
Ni la distancia ni nadie hará acabar con esto.
Gracias por tus ánimos en los momentos más duros. Por sacarme tantas sonrisas cada día. Por preocuparte por mí en cada momento. Por demostrarme todo lo que sientes. Que además de mi novio eres como mi mejor amigo. ¿Se puede pedir más?
Pues eso idiota, que gracias por esto y mucho más. Que ya hace un mesecillo y siete días desde aquel 13; y será eterno.
Eres mi idiota, mi tonto, mi pequeño, mi niño, mi príncipe, mi amor, mi vida y algunas otras cosillas que se me ocurren.
Gracias una vez más, mi niño.
